Не ви допада? Няма проблеми! При нас имате възможност за връщане в рамките на 30 дни
Няма да сбъркате с подаръчен ваучер. Получателят може да избере нещо от нашия асортимент с подаръчен ваучер.
30 дни за връщане на стоката
A mediados de 2015, Volkswagen alcanzó su gran objetivo: superar aToyota como el mayor fabricante de automóviles del mundo. Unos mesesdespués, la Agencia de Protección Ambiental estadounidense desveló que la compa?ía alemana había instalado en once millones de coches unsoftware que burlaba los mecanismos de pruebas de emisiones. Aprincipios de 2017, Volkswagen acordó con las entidades reguladoras de Estados Unidos y con los propietarios de los vehículos unaindemnización millonaria.Pero la historia se remonta a 2009, cuando los ingenieros de laempresa alemana se dieron cuenta de que el motor diésel que habíandesarrollado con un alto coste para competir con los japoneses norespetaba la promesa de cumplir con los estándares de emisiones. Portanto, tenían dos opciones: confesar el fracaso o cometer un delito. Y así es como se fraguó el enga?o entre los directivos de la compa?íaque vieron evaporarse los objetivos de ventas que se habían fijado ycon ellos también sus primas.La historia del fraude de Volkswagen tiene muchas lecturas pero es, en última instancia, una lección de cómo la presión empresarial delsiglo XXI para alcanzar los objetivos corporativos a cualquier preciopuede conducirnos por una senda tenebrosa de consecuenciascatastróficas.