Memorias fraternas : la experiencia de hermanos y tíos de desaparecidos en la dictadura argentina

En 1976, el golpe de Estado encabezado por Videla instauró en Argentina un régimen de pánico y terror que provocó la muerte y desaparición de decenas de miles de personas, convirtiéndose en una de las etapas más ignominiosas de la historia de la humanidad. Mucho, y con justicia, se ha hablado de las abuelas, madres e hijos que padecieron de forma directa la última dictadura argentina, pero hay también otros familiares directamente afectados por estas desapariciones. Y de esos otros familiares es de lo que trata este libro. Producto de un Proyecto de Investigación de la Universidad de Buenos Aires sobre los hermanos/tíos de los desaparecidos, esta obra da a conocer desde diferentes ejes teóricos la manera en que éstos elaboraron la experiencia de la desaparición de sus hermanos/as y la apropiación de sus sobrinos/as. Para ello, rescata primero la centralidad de la relación fraterna: qué aspectos de sus vidas cotidianas fueron afectados y cómo gestionaron esta dramática experiencia; qué sucedió con sus proyectos personales y cómo se modificó la vida familiar. Recorre también los contextos históricos y sociales: qué espacios de contención tuvieron durante y después de la dictadura. Y, por último, explora la construcción de las representaciones sociales que giraron en torno a ese pasado: en vista de la lucha social contra la dictadura, se rastrean las representaciones que los hermanos/tíos construyen en torno a la figura del desaparecido, tanto de su propio hermano/a como de su sobrino/a. A partir de las diferentes perspectivas de análisis, se identifican las consecuencias del trauma social de la desaparición del hermano/a y del sobrino/a, y qué prácticas en el presente guardan relación con la experiencia vivida. La importancia testimonial se sustenta en la necesidad de toda sociedad de reflexionar acerca de esas vivencias comunes y contribuye a la posibilidad de transformación de sus prácticas y subjetividades, de manera tal que los testimonios singulares conforman el terreno de la memoria colectiva.